martes, 20 de diciembre de 2016

Cuando la tecnología es una falsa herramienta educativa

Desde hace varios años tanto en México como en otros países se ha presentado el fenómeno de que los gobiernos federales y estatales obsequian computadoras portátiles o tabletas a profesores o alumnos de diferentes niveles educativos. La premisa subyacente es que con el acercamiento o uso de estos dispositivos, el acceso a Internet (si lo hay de buen nivel en la escuela o universidad que corresponda), y el uso extensivo de software pre-instalado que se cree con adecuadas propiedades didácticas, se mejora en varios órdenes la calidad de la educación, ya no digamos instantánea, sino mágicamente. De hecho en las licitaciones de deja abierto a los proponentes elegir qué paquetes informáticos contengan los equipos con elementos tan genéricos como “tener un software para líneas de tiempo, una tabla periódica, una enciclopedia digital”, etc.

En muchos casos, el regalo tecnológico NO va acompañado de una transformación reflexiva de la práctica docente y esto lo aseveramos tanto en el sentido de considerar al instrumento técnico como una herramienta que puede ser integrada en las actividades de los diferentes cursos a través de una valoración crítica de sus posibilidades y la experiencia del profesor; como en el de que la utilización de dichos sistemas modifica desde sus propiedades funcionales los alcances, metodologías y en general la praxis de los maestros ante sus grupos. Si las tabletas no van acompañadas de guías didácticas para su uso en los cursos, manuales de mejores prácticas, consejos técnicos para uso, conservación y actualización de su software o hardware, y la combinación efectiva con los recursos didácticos ya presentes en las escuelas, estos instrumentos se convierten solamente en la novedad y en el estar a la vanguardia por decir ‘estar a la moda’. Es la falacia del medio como resultado.



Independientemente de la calidad de los equipos que se regalan (en su mayoría equipos baratos, hechos masivamente con escasos controles de calidad), las garantías de largo plazo contra fallas en sus componentes críticos, las posibilidades de actualización del software (que en muchos casos es imposible realizar de manera masiva puesto que carecen de un portal o nube que permita tener al día el repertorio de programas instalados y sólo permite hacerlo por medio de una unidad USB, equipo por equipo) o la poca intervención de un grupo de evaluadores docentes que determinen la pertinencia y adaptación de tal o cual paquete para su uso en los cursos de planes de estudio vigentes, la gran mayoría los alumnos emplean los programas preinstalados de manera parcial, no se diga los maestros.

Todavía hay profesores que no dominan el uso de las tabletas y mucho menos los programas que contienen, de forma tal que en su mayoría estos sistemas son simplemente ‘visores’ de Internet, de correo electrónico, de redes sociales, Wikipedia para la consulta rápida de datos, el “googleo” famoso y ausente del un criterio formado en el estudiante para discriminar la información, etc. En muchos casos, quien esto escribe ha sido testigo de que los alumnos -algunos más avezados que sus profesores- han cambiado el sistema operativo y le han instalado aplicaciones diferentes y por supuesto, juegos.



Lamentablemente hay pocas experiencias que hayan evaluado el uso de la tecnología en este tipo de proyectos donde la electrónica es un regalo novedoso en sí, pero está desvinculada de una estrategia formativa sólida. Un proceso educativo apoyado en tecnología debería integrar la capacitación de los profesores, la modificación de estrategias didácticas, la integración con otros medios ya presentes en las escuelas como proyectores, videocámaras, Internet (¿alguien sabe qué fue de los sistemas de Enciclomedia, por ejemplo?), el acceso de estudiantes y profesores en casa o en otros sitios a medios de comunicación y recursos que les permitan continuar creando la experiencia de aprendizaje post-clase, el uso de software educativo en la nube, el desarrollo de guías de aprendizaje para las asignaturas que incluyan la aplicación del repertorio de medios, la capacitación continua de los profesores y la investigación para inclusión digital pertinente. Ni que decir de la incorporación de prácticas como Networked Learning.



Ahora que andamos en tiempo de evaluaciones por aquí y por allá, es buen momento para detener derroches en tiempo y dinero, valorar los auténticos logros que se han tenido con estos apoyos digitales y retomar hacia una estrategia madura e integral en las diversas dimensiones del proceso formativo que emplee la tecnología como un apoyo.

Se corre el riesgo de haber alimentado a un elefante blanco que no integró eficazmente a las TICs como recursos sobre los cuales se haya hecho una reflexión amplia para su uso, y que nos hayamos centrado solamente en el uso extensivo por creer ingenuamente que se abate la brecha digital con fuerza bruta (¡miles y miles de tablets!) en lugar de la profundidad de la aplicación sensata de los medios en clase, ‘tanto cuanto’ sean apoyos para el acompañamiento didáctico del profesor a sus grupos.

Fue una buena idea, pero su implementación sigue siendo simplista.

miércoles, 23 de noviembre de 2016

Phubbing

En esta época donde las nuevas generaciones no desarrollan la capacidad de sostener por más de un segundo el pensamiento simbólico abstracto, la labor docente, de formación y capacitación es una tarea titánica, dado el elevado nivel de volatilidad que tiene la conciencia de los aprendices. Quienes hemos estado en aulas, salas de capacitación, cursos, somos testigos de cómo al mismo tiempo de una sesión de trabajo los asistentes creen que pueden estar actualizando sus perfiles de facebook, enviando mensajes de texto y correo, o publicando algún comentario para sus amigos en Internet.



El desarrollo de las tecnologías móviles y una pléyade de dispositivos que facilitan la interacción en el entorno digital han propiciado un salto al siguiente escalón en la manera de hacer la comunicación humana. Sin embargo también se ha modificado peligrosamente la manera como enfocamos el diálogo con los otros, privilegiando a los que están lejos por encima de quienes podrían participar de esa conversación y que están en la cercanía física.

En su momento, los teléfonos celulares se incrustaron irremisiblemente en nuestra cotidianidad. Quienes habíamos vivido en un mundo carente de estos recursos sentíamos una invasión rampante a la intimidad cada vez que timbraba el equipo y estábamos en casa, o en el cine, o realizando alguna actividad que no implicaba la necesidad de hablar con alguien intantáneamente. No entendíamos la noción de conversación ubicua. Al pasar el tiempo encontramos que nuestros alumnos, amigos, familiares y socios responden una llamada en cualquier momento, sin importar de qué asunto se trate y sin el menor cuidado hacia nosotros. Hay quienes envían mensajes de texto al mismo tiempo que “conversan” sin importar que estemos ahí con ellos (amparados en la falacia de que el cerebro puede hacer varias cosas con toda conciencia y que es posible atender con el mismo nivel de calidad y profundidad a las charlas que en que se está participando, sin pérdida de atención). Para muchos es imperativo contestar cualquier llamada de quien sea en el momento que sea, o peor: enviar mensajes de texto mientras se conduce.





 A este fenómeno se le ha llamado Phubbing por el término en inglés que viene de la unión de Phone y Snubbing (es decir ignorar a los demás) usando el teléfono celular y de hecho: usando cualquier dispositivo o gadget, como también se les llama.

Los equipos móviles brindan una capacidad ilimitada de acceso a la información y son alternativas de un repertorio amplio de recursos. Quienes hemos sido docentes o capacitadores lidiamos primeramente con los alumnos que respondían a sus teléfonos celulares en plena  clase, y luego aprendimos a tolerar esas prácticas posteriormente extendidas al ‘chat’ o al ‘post’ de las redes sociales. Ahora es común que ellos intercambien todo tipo de información en forma ubicua sin que medie el cuidado por lo que ocurre en el entorno presencial.

Estas herramientas han demostrado ser arma de doble filo. Les parece a las nuevas generaciones que con la inmediatez, la disponibilidad irrestricta del dato, o el acceso con un toque de pantalla se da por sentada su comprensión -que no la memorización o repetición-. Muchas habilidades que antes cultivábamos como la búsqueda de información, el análisis, la redacción, han venido a pasar a segundo plano. Nuestras nuevas generaciones en las empresas y en las aulas asumen que si algo está en la red, entonces es válido sin cuestionamiento. Posiblemente los formadores tenemos nuestro grado de responsabilidad, pues en muchos casos continuamos llevando a cabo prácticas tradicionales como la evaluación por memoria, y preguntamos cifras o números que están fácilmente disponibles en muchos portales de Internet, en lugar de usar creativamente estos insumos.





¿Por qué no enseñamos a comparar, contrastar y criticar? ¿Por qué seguimos tratando que recuerden sin una visión clara los “qués” y “por qués”, en lugar de enseñarles a manejar la información e integrarla su experiencia? Los llamados millenials andan por ahí como cajas repletas de cifras, fechas y constantes físicas, pero sin saber usar ese bagaje. Por ende eligen que el almacén de datos universal, la tablet o “la nube” se encargue del problema.

Debemos acompañarlos para que aprendan a usar los nuevos medios y no sólo en forma lúdica. Sin duda ya hay metodologías de enseñanza y prácticas convencionales que no serán necesarias en el futuro.


¿Aprenderemos nosotros -viejos docentes o formadores- a vencer nuestra nostalgia y el miedo por abandonar nuestra zona de confort? ¿Aprenderán las nuevas generaciones a comprender con justeza el tiempo, espacio y esfuerzo como dimensiones a cuidar y cultivar, ajenas a lo inmediato de un toque de pantalla?

Alea iacta est.

lunes, 24 de octubre de 2016

SDN para la Educación y Formación

Las tecnologías que brindan sustento a los procesos de formación y capacitación requieren obligadamente ser maleables y adaptativas, con el objetivo de adecuarse a las propias dinámicas que exigen los entornos de formativos a sus actores.

El perfil de los usuarios de dichos servicios ha cambiado radicalmente en los últimos años: todavía en el 2010 la gran mayoría de formadores y participantes dentro de entornos de formación en línea se conectaban desde computadoras de escritorio y había pocos que usaban sistemas virtualizados, o bien apoyos en las diferentes 'nubes' de servicios y almacenamiento. Los sistemas de aprendizaje sobre la marcha -es decir desarrollados a través de APPS educativas que se ejecutan en teléfonos inteligentes o bien en tablets- todavía no estaban tan difundidos. A partir del 2010 el número de sistemas virtualizados sobrepasó al de computadoras físicas. En el 2012 las adquisiciones globales de equipos de cómputo se inclinaron hacia laptops, tabletas, teléfonos inteligentes, en lugar de los sistemas de escritorio.



En la actualidad muchas de las tecnologías que empleamos casi para cualquier proceso personal o profesional son móviles y de alta velocidad. Por medio del teléfono o tableta tenemos acceso a recursos, información, hacemos compras, participamos en comunidades, nos comunicamos y aprendemos.


El uso de una creciente categoría de equipos inalámbricos y de bajo costo, aunado al uso de aplicaciones gratuitas o muy accesibles, así como a la proliferación de puntos de acceso y sistemas de conexión con Internet plantean importantes oportunidades para los procesos de formación y capacitación sobre la marcha.

Por ejemplo, las instituciones educativas podrían no requerir tener 'centros de cómputo' o 'salas de computadoras' en el sentido tradicional del término. Bastaría con proporcionar a sus estudiantes equipos portátiles ultra densos (del tamaño de una tarjeta de crédito) y facilitar teclados inalámbricos, así como una conexión HDMI para pantallas fijas. Con esas acciones se tendría un ahorro sustancial en energía, espacio de almacenamiento (los alumnos podría guardar sus trabajos en la nube de su preferencia) y ahorro por licenciamiento (existe mucho software abierto para diferentes tareas, así como licencias para uso en línea de paquetes comerciales).



El hecho de que los estudiantes tengan la opción de llevar sus propios equipos a la escuela se conoce en general como BYOD (por las siglas en inglés de "bring your own device" o "trae tu propio equipo"), y además de cambiar la dinámica operativa establece retos importantes en la seguridad informática, cobertura de zonas inalámbricas dentro de las organizaciones y soporte para la transferencia de información.

La tecnología SDN (del inglés Software-defined Network o Red definida por Software), se avizora como una solución exitosa para la comunicación de sistemas móviles, difíciles de predecir en cuanto a tráfico y con requerimientos muy altos para transmitir información multimedia.



A diferencia de las redes del pasado, en donde los equipos de transmisión (por ejemplo routers, switches, etc.) tenían funciones fijas que no cambiaban hasta el reemplazo de un sistema; los dispositivos SDN son multifuncionales y adaptativos, pueden cumplir con diversas tareas y políticas de tráfico o seguridad dependiendo de las instrucciones que se les envían por medio de su software de administración. Además, tanto el software de control como el software interno de los equipos (llamado firmware) son modificables y actualizables, lo cual permite tener al día a la infraestructura y que ésta responda a cambios diversos en requerimientos operativos, redundancia, tolerancia a fallas o movilidad.

Los sistemas SDN cumplen diferentes funciones para la configuración dinámica y adaptativa de redes tanto cableadas como inalámbricas, de interior o de exterior, de larga distancia o corta. Son soluciones ideales para entornos de alta movilidad con un comportamiento cambiante como ocurre en los entornos urbanos, industriales, de servicios y por supuesto: educativos.



Existen diversos fabricantes y tecnologías alternativas para construir este apoyo tecnológico en las instituciones de vanguardia como las educativas. Se hace cada vez más necesario el contar con soluciones de redes que permitan soportar las dinámicas comunicativas y el acceso a todo tipo de fuentes y medios sobre todo en el ámbito de la formación (en cualquier nivel), donde las capacidades de interacción, colaboración, networking son fundamentales para los procesos formativos.


sábado, 8 de octubre de 2016

Computadoras de ultra-bajo costo y alta capacidad (II)

En la primera parte de esta serie hablamos de la computadora Raspberry Pi, la cual es un instrumento poderoso para la enseñanza y el desarrollo de proyectos educativos. Además, dicho equipo puede emplearse para el desarrollo de aplicativos en diferentes ámbitos: comunicaciones, servicios básicos de Internet, bases de datos, pequeños servidores para grupos de trabajo y recursos de videoconferencia.

En esta ocasión exploraremos su contraparte en el mundo del software comercial, y éstas son las computadoras llamadas genéricamente Stick PC. Estos sistemas son computadoras personales desarrolladas en una alta escala de integración, además de que emplean el mismo tipo de procesadores de bajo consumo que usan las computadoras tipo Notebook que son bastante conocidas. A diferencia de aquellas, una PC stick es de dimensiones reducidas muy similares al tamaño de un pequeño teléfono celular. Los equipos se conectan directamente al puerto HDMI de una TV o de una pantalla, y tienen puertos USB o tarjetas WIFI para conectarse con dispositivos (teclado, mouse) o con la red local de la oficina o una institución educativa.}






Existen diferentes marcas de equipos basados en procesadores de Atom de Intel que han ido mejorando consistentemente en cuanto a velocidad, número de núcleos y disminución de consumo eléctrico -y por ende, con menos calor por disipar con su ventilador-, pero también hay alternativas basadas en otras propuestas de sistemas operativos como la que están disponibles soportadas por ChromeOS. Indudablemente, los sistemas basados en Windows como el Intel Compute Stick o la Access LAN PC de Azulle tienen la ventaja de contar con Windows instalado, lo cual permite ejecutar programas de uso común en las empresas o instituciones educativas (MS Office, reproductores de música, programas editores de gráficos, sistemas administrativos, etc.)

Por ejemplo, la Intel Compute Stick viene con un procesador Intel Atom x5-Z8300 y 2GB de RRAM. Incluye capacidad de almacenamiento de 32GB en su sistema de almacenamiento basado en eMMC. Además del puerto HDMI, tiene dos puertos USB (2.0 y 3.0) una ranura para memoria MicroSD y un contacto   micro-USB para la alimentación eléctrica. Incluye interfaz Bluetooth 4.0 por ejemplo para teclado y mouse, así como tarjeta WIFI 802.11ac.







Algunos sistemas como el de Azulle tienen conexión de red Ethernet a la manera de la Raspberry, y otros como la Chrome Bit de Asus (procesador RockChip RK328) están construidos con distintos sistemas operativos que se orientan a la productividad personal, la navegación en Internet y sus servicios, o a reemplazar de forma efectiva programas comerciales conocidos.





El uso de estos sistemas es bastante simple, basta conectarlos al HDMI de una pantalla y enlazarlos vía USB o Bluetooth con su teclado y mouse. De inmediato se tiene un entorno par trabajo rápido y eficiente. Las características técnicas de los equipos para trabajo personal, programación, uso de recursos en nube y desarrollo de prototipos los convierten en una alternativa que bien vale la pena explorar en centros educativos, exhibiciones interactivas, empresas y organizaciones que desean dotar a sus colaboradores de equipos eficientes para el procesamiento de información, puntos de venta o interfaces físicas (control de acceso, lectura de puertos, etc.)






Es posible instalar ambientes móviles como aulas, exhibiciones, congresos y oficinas en campo de forma rápida y efectiva, además de que su consumo eléctrico es bastante reducido. Algunos casos de uso de las Stick PC pueden ser:
  • Aplicaciones y software de productividad personal (Office, agendas, navegación en Internet, gestión de proyectos, ocio y juegos)
  • Salas de cómputo y sistemas de interacción de bajo costo.
  • Entornos de cómputo transportables.
  • Señalización y avisos digitales.
  • Laboratorios de programación y control.
  • Implantación de servidores de bajo costo para Internet o Intranet.
  • Transmisión de video en streaming.
 ¿En qué podría utilizar Ud. el poder del cómputo de bajo costo y alta transportabilidad?



jueves, 29 de septiembre de 2016

La Hiper-realidad

En días pasados escuché como una persona conversaba sobre cierta información que había encontrado cuando “estaba en Internet”, y no dejó de parecerme peculiar esa forma de referirse a la red mundial de información. Me sorprendió el hecho hablaba del sistema como si fuera un sitio, un lugar para “moverse o estar” como lo hacemos en la vida diaria. Esto hizo que recordara que todavía hace poco muchos de nosotros distinguíamos entre presencialidad y virtualidad, y podíamos separar los hechos que pasaban en línea de las sensaciones que considerábamos “reales”. Creíamos que lo acontecido en lo presencial tenía mayor validez en términos de nuestra experiencia de vida.

Durante la fase de transición hacia el entorno digital comenzamos a hablar de relaciones a distancia, redes sociales, seguidores y fans de lo que escribimos. Cuando nos íbamos transformando en seres informatizados, empleábamos servicios que ahora pocos saben que existen, o que alguna vez existieron. Los de cierta edad y experiencia con computadoras recordarán sistemas como News, el IRC y Archie (antecesores venerables de los muros de datos, servicios de chat y buscadores de información, respectivamente), que son precursores de los modernos medios que ahora son tan conocidos en Internet.



La situación descrita me hizo caer en cuenta que otros y yo le dábamos más valor o “status” a lo que nos acontecía presencialmente. No faltaban quienes veían con desdén -y con un dejo de lástima- a los que se desenvolvían libremente y daban reconocimiento a lo que acontecía en las relaciones virtuales. Para los puristas del contacto humano era como si lo digital tuviera un plano inferior, como si no fuera una experiencia válida que para a transformar a otros.

Si recordáramos que hace poco más de cien años no existía el teléfono, y que posteriormente a su invención mucha gente criticaba su uso (tachándolo de impersonal, frío o poco cálido), y además que las mismas personas señalaban que el medio por antonomasia para la comunicación humana era la letra -la epístola-, nos parece que la historia vuelve a repetirse al menos en algunas de sus notas. La aparición de cualquier nueva tecnología trae consigo posturas a veces radicales sobre su utilización, pero es indudable que el moderno repertorio de sistemas ostenta características diferenciadoras, en comparación con los recursos tradicionales.

En primer lugar, hay un mayor porcentaje de la población alfabetizada en lo informático. Ellos han desarrollado las competencias técnicas requeridas para emplear instrumentos digitales de comunicación (computadoras, tablets, teléfonos inteligentes, radio). Además, este grupo ha ido creando modos comunicativos específico, vinculados con los propios canales y sus capacidades. Por ejemplo: muchos usan emotíconos para resaltar lo que sienten mientras escriben, otros expresan ideas en 140 caracteres -derivado del uso de Twitter, que se inspiró en los envíos de mensajes con las pantallas antiguas de los teléfonos celulares-, y quienes vuelven jeroglífica su escritura combinando el texto con imágenes, fotos, hasta sonido.



Hace ochocientos años solamente unos pocos sabían leer y escribir, se confiaban a lo que interpretaban otros (sacerdotes, dirigentes, filósofos) a partir de los libros de leyes, textos sagrados o edictos. Todavía a inicios del siglo XIX el porcentaje de la población mundial que sabía leer y escribir estaba en niveles ínfimos.

Por el contrario, ahora existe una infraestructura de creación y diseminación de información expansiva e intensiva, la cual se va insertando subrepticiamente en las actividades personales. Antes, “hacer uso” de un medio (digamos el teléfono fijo) implicaba trasladarse hacia donde éste se encontraba físicamente y además hacerlo a una hora acordada en caso de que se hubiera acordado hablar con alguien. Estas acciones daban la sensación de emplear algo externo, un elemento ajeno que se encontraba en otro ámbito, al que la persona requería acercarse.

Ahora los artefactos tecnológicos van con nosotros y se emplean “al vuelo” (pensemos en los lentes de Google o de Microsoft, o los sistemas de transmisión de video personal que se desarrollaron en el Medialab del MIT, o en los teléfonos inteligentes que son al mismo tiempo varias herramientas en una y caben en la bolsa del pantalón). Cada vez más, la tecnología nos acompaña: nos la ponemos integrada al auto o a la ropa, y existen proyectos de investigación para conectarla a nuestra misma corporalidad.



El décimo aniversario Facebook marcó un hito en la utilización de los sistemas Web 2.0, con los cuales se supone que cada quien podemos publicar “libremente” lo que se nos ocurra sin tener más que el navegador de Internet de nuestra preferencia, y una conexión de velocidad aceptable hacia la red. En la práctica se ha demostrado que las llamadas redes sociales tienen ventajas y consideraciones significativas. Una vez, más todo está en el “tanto cuanto” nos sirvamos de los medios para fines provechosos o para perder el tiempo en el ocio más descarado e improductivo.

Pienso que en el futuro inminente muchos tendremos que “aprender a estar” en la sociedad de la información, sustentada infraestructuras dinámicas de avanzada, creando nuevas habilidades dialógicas y unificando en una sola perspectiva estas realidades bi y multi-dimensionales que nos otorgan los recursos de comunicación invasivos. ¿Dominaremos a tiempo a las hipermediaciones que nos exige la realidad?



lunes, 19 de septiembre de 2016

Computadoras de ultra-bajo costo y alta capacidad (I)

Es cada vez más frecuente encontrar especiales donde es necesario utilizar equipos de cómputo de bajo consumo energético, gran densidad de componentes, dimensiones reducidas o ultra-reducidas y sistemas de almacenamiento basados en electrónica pura en lugar de discos rotatorios. Dichos sistemas además, con capacidades de comunicación en red habituales como WIFI, Ethernet o Bluetooth.

Estos tipos de sistemas son ideales para ámbitos como escuelas, en los cuales se necesita disponer de la base de equipos para satisfacer la demanda de un gran número de profesores o estudiantes que acceden a los servicios de información, laboratorios diversos o Internet. También son aplicables en empresas que implementan sistemas de control, interfaces con líneas de ensamblaje, servidores de contenidos de alta eficiencia o servidores descentralizados que apoyan recursos como DNS, sistemas de autenticación LDAP, portales web, descargas de archivos para usuarios y clientes, etc.

En la primera de tres partes compartiremos una solución de computadora tamaño "tarjeta de crédito" que consume 4 watts de potencia y ostenta una elevada densidad de componentes, lo que la vuelve una alternativa viable para el aprendizaje de computación (no de suites de oficina y uso de Internet solamente, sino de tecnología de cómputo, programación en diferentes niveles y aplicaciones especiales), para emplearla como herramienta personal o para procesamiento de información e instalación de diversos tipos de servidores. Este sistema también puede interactuar con componentes electrónicos externos como robots, sensores, motores o todo tipo de instrumentos.



Dicho equipo se conoce como Raspberry Pi y ahora se encuentra en la tercera generación del hardware, luego de un evolución altamente veloz y sostenida. Este es el objetivo de un proyecto que inició en 2006 en el Reino Unido, dedicado a crear una computadora didáctica que sirviera para enseñar computación, los fundamentos de informática y la programación de aplicaciones.

En virtud de que en la Unión Europea existe una mayor cantidad de alternativas para la informática que únicamente la tecnología derivada de Windows como ocurre en nuestro país, en el Reino Unido se enfocaron en brindar a los estudiantes de niveles preparatoria y secundaria los fundamentos de tecnológicos de la computación y desarrollo de aplicaciones desde un punto de vista generalista y abierto. Por ejemplo, en lugar de enseñar Excel en particular, imparten cursos de manejo general de Hojas de Cálculo. A partir de ahí los alumnos que lo requieran pueden aprender fácilmente los comandos de otras aplicaciones equivalentes como Calc, Gnumeric, Quattro Pro y otras. En la práctica, los egresados pueden ofrecer nuevas soluciones para las organizaciones en lugar reproductores de esquemas comerciales.



Raspberry Pi incluyen en su instalación básica aplicaciones abiertas de oficina como las mencionadas, además de varios lenguajes de programación como Python, C y Java. Cuenta con diversas aplicaciones didácticas para todos los niveles, desde la educación básica hasta universitaria. Se puede emplear para capacitar operadores y desarrolladores de software por ejemplo, o al personal de trabajo en oficinas puesto que tiene todos los programas habituales para ello (lectores de correo, navegadores de Internet, editores de texto, presentaciones, hoja de cálculo, bases de datos, reproductor multimedia, etc.) Además se pueden impartir cursos de programación de sensores, interfaces de control y muchos más.


De hecho, la Raspberry Pi es un pequeño servidor basado en Linux que también puede emplearse para desarrollo de proyectos en programación, Web, sistemas móviles, equipos electrónicos, seguridad comunicaciones y bases de datos. El sistema puede emplearse como un server reducido (con la tecnología actual que tiene equivale aproximadamente a lo que era en su momento un Pentium IV) y soporta la totalidad de paquetes (más de 4000) que están disponibles para descarga gratuita en el sistema operativo Raspbian, más otros disponibles en diversos sistemas operativos que se le pueden instalar como Ubuntu Mate, LibreElec y Windows IOT.

Raspbian es una versión de Linux Debian compilada específicamente para la arquitectura de la Raspberry y que se puede instalar defecto en el sistema. Usa el repositorio completo de aplicaciones en ámbitos como: comunicaciones, seguridad, bases de datos, editores, lenguajes de programación, servidores para Internet, etc. Sin embargo como se ha dicho, están disponibles otras distribuciones como las basadas en Ubuntu, Slackware, Windows. Por ejemplo, se puede usar LibreElec para convertir la Raspberry Pi en un centro de medios y reproducir películas, música, fotografías como en un entorno doméstico, y muchas más.

Para el ambientes académicos, se puede generar un sistema para laboratorios de prácticas llamado PINET, en el cual se tienen las cuentas y claves de participantes o alumnos en un servidor, desde el cual se pueden descargar los ejercicios, proyectos y tareas a elaborar con la Raspberry. Aunque este sistema está pensado para educación de nivel medio superior, se puede configurar sin problemas para entornos de nivel universitario diversos campos como la ingeniería mecatrónica, el control, ingeniería industrial, comunicaciones, programación y muchos más. PINET permite hacer registro y seguimiento de los avances de cada estudiante, así como tener una imagen maestra del sistema operativo a partir de la cual todos los equipos se inicializan para trabajar en laboratorio. Esta funcionalidad puede luego exportarse a un laboratorio de cómputo de trabajo, además de mantener el acceso a Internet y facilitar que los estudiantes guarden sus trabajos por medio de carpetas en Gdrive, DropBox y otros sistemas de nube.


Ventajas de Raspberry Pi

  • Es un equipo de bajo costo que solamente requiere la conexión de un monitor HDMI, teclado y mouse USB.
  • Consumo de 4 watts de potencia, muy por debajo inclusive de terminales gráficas y a un costo varias veces menor.
  • Software gratuito precargado con aplicaciones educativas para programación básica y avanzada, lectores de PDF, reproductor de música/video, suite abierta de oficina, acceso a Internet, editores de imágenes, comunicaciones, bases de datos, servidores de Internet.
  • Licencia de Wolfram Mathematica para aplicaciones en todos los campos de administración, ciencias e ingeniería (costo comercial mayor a USD $ 1000.00 para instituciones y USD $ 140.00 para estudiantes, pero incluido de forma gratuita en el sistema Raspbian).
  • Interfaz gráfica y consola de administración vía texto, a elegir según las tareas a desarrollar dentro del sistema. Capacidad de tener escritorios remotos. El equipo se puede configurar para tener varias cuentas de usuario y además se puede vincular a un sistema LDAP de la institución para autenticar desde un registro central.
 


Características técnicas del equipo Raspberry Pi 3

  • Procesador 1.2 GHz 64-bit Quad-Core ARM v8.
  • Tarjeta de Red inalámbrica 802.11.
  • Bluetooth 4.1
  • 4 puertos de USB 2.0
  • Puerto HDMI
  • Puerto Ethernet a 10/100 Mbps (RJ45.
  • Conector de A/V 3.5mm
  • Conector para cámara externa.
  • Conector para pantalla.
  • Ranura para tarjeta micro SD de 32, 64 o 128 GB. Viene con una tarjeta de 32 GB que funciona como sistema de archivos.
  • VideoCore IV 3D núcleo de gráfico.
  • Conector GPIO de 40 pines para aplicaciones en mecatrónica, electrónica, ingeniería eléctrica y control, robótica, domótica y todo tipo de sensores o actuadores externos.
  • Las librerías de los lenguajes de programación que están integrados y están preconfiguradas para interactuar con los puertos del sistema de una forma muy simple desde programación.


Sin lugar a dudas, esta es una alternativa poderosa de los sistemas de bajo costo y alta densidad computacional. En siguientes artículos abordaremos otras soluciones similares en el mundo del software y hardware propietarios.


    martes, 13 de septiembre de 2016

    Sistemas de almacenamiento y resguardo de datos

    Si hacemos un paralelismo entre el mundo empresarial y los sistemas de infraestructura informática las "ventas" serían el equiparable al "almacenamiento": pocos entienden a profundidad sus implicaciones y alcances, no son una área tan atractiva para muchos, pero constituyen el núcleo sin el cual no se pueden desarrollar las operaciones. De igual modo, sin ventas no existen las empresas... Los servicios de información, sus base de datos, el trabajo individual o colectivo no pueden realizarse sin el sustento de los medios de almacenamiento, sean transaccionales (al día) o de largo plazo, como los respaldos y conservación.

    El almacenamiento va más allá de recopilar la información en un disco duro o una memoria USB. Los requerimientos de las organizaciones modernas muy especializados y extremos para el tratamiento de los datos y la información. Por ejemplo, algunos portales de Internet están conectados en tiempo real con diversos otros sistemas y bases de datos, como los de viajes: acceden a datos de hoteles, planes de vuelo en las aerolíneas, promociones de agencias de viajes, sistemas de cobro en línea y muchos más. Para ofrecer un tiempo de respuesta adecuado, los sistemas deben poder leer o escribir la información con la mayor velocidad posible sin perder confiabilidad y asegurando la recuperación de todo lo guardado cuando esto se requiera.
    Los sistemas operan como grandes almacenes para protección de datos masivos, o bien para la realización de transacciones a la velocidad misma como se van llevando a cabo las interacciones entre diversos usuarios, sistemas y redes de comunicaciones. Durante muchas décadas los elementos por excelencia para el resguardo de información fueron los discos duros mecánicos, posteriormente han aparecido medios puramente electrónicos como los discos de estado sólido que no tienen partes móviles y ofrecen tiempos de respuesta en escritura y lectura de datos que exceden en varios órdenes al retardo que tienen los discos duros convencionales.

    Acompañado esto de un menor consumo de energía y una disponibilidad casi instantánea, la tecnología electrónica se ha vuelto un elemento central para el almacenamiento de largo plazo, seguro y eficiente. Varios analistas predicen que dentro de tres años prácticamente no existirán los sistemas computacionales apoyados en discos mecánicos, a la vez que se tendrán disponibles capacidades de almacenamiento que excederán significativamente los límites actuales.

    Para los usuarios individuales y para las organizaciones existe un amplio espectro de soluciones que atienden las especificaciones funcionales y arquitecturas de conservación de los datos.

    Un primer nivel lo constituyen los sistemas de discos que se instalan dentro de un equipo o servidor empresarial. Estos se conectan habitualmente por medio de una interfaz de una tarjeta controladora que puede organizar el almacenamiento con diversos esquemas de redundancia y seguridad. En ocasiones los discos se 'arreglan' en cajas físicas externas al server y se vinculan con él a través de conexiones directas de alta velocidad.




    El segundo esquema lo integran los sistemas NAS (por network attached storage, o almacenamiento conectado a la red). Dichos sistemas brindan soporte de grabación de archivos para diversos tipos de sistemas operativos y sus usuarios o procesos, todo comunicado a través de la misma red de datos de la organización. Los equipos NAS también contienen discos internos de diversa tecnología y se pueden configurar bajo diferentes alternativas de redundancia y tolerancia a fallas. Su ventaja principal es que los pueden utilizar tanto los sistemas operativos como sus aplicaciones y bases de datos como las personas que desean resguardar su información particular o departamental.


    La tercera modalidad la constituyen las SAN o (storage area network, red de almacenamiento) que realmente son redes de comunicación en las cuales los nodos o elementos son discos y arreglos de discos, los cuales se conectan a los servidores virtuales o físicos a través de interfaces de alta velocidad como Fibre Channel, Infiniband o iSCSI. Las SAN realmente son redes paralelas que operan en conjunto con las redes de datos y cumplen con muchas de sus características de control de tráfico, seguridad y redundancia. Sólo que están enfocadas en el movimiento y resguardo de todo tipo de datos que se generan en los servidores de la red. Las SAN están constituidas por switches, enlaces de comunicación, repetidores, etc., de la misma forma como se integran las redes de datos. Estos sistemas representan el más alto nivel de seguridad, velocidad y control, pues liberan a los equipos servidores y de usuarios de la gestión del almacenamiento.



    Dependiendo de factores como la confiabilidad, redundancia, tolerancia a fallas, compatibilidad con sistemas de virtualización, y características de tecnología, se puede configurar la arquitectura de almacenamiento que apoye una solución de datos específica.

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