Si hacemos un paralelismo entre el mundo empresarial y los sistemas de infraestructura informática las "ventas" serían el equiparable al "almacenamiento": pocos entienden a profundidad sus implicaciones y alcances, no son una área tan atractiva para muchos, pero constituyen el núcleo sin el cual no se pueden desarrollar las operaciones. De igual modo, sin ventas no existen las empresas... Los servicios de información, sus base de datos, el trabajo individual o colectivo no pueden realizarse sin el sustento de los medios de almacenamiento, sean transaccionales (al día) o de largo plazo, como los respaldos y conservación.
El almacenamiento va más allá de recopilar la información en un disco duro o una memoria USB. Los requerimientos de las organizaciones modernas muy especializados y extremos para el tratamiento de los datos y la información. Por ejemplo, algunos portales de Internet están conectados en tiempo real con diversos otros sistemas y bases de datos, como los de viajes: acceden a datos de hoteles, planes de vuelo en las aerolíneas, promociones de agencias de viajes, sistemas de cobro en línea y muchos más. Para ofrecer un tiempo de respuesta adecuado, los sistemas deben poder leer o escribir la información con la mayor velocidad posible sin perder confiabilidad y asegurando la recuperación de todo lo guardado cuando esto se requiera.
Los sistemas operan como grandes almacenes para protección de datos masivos, o bien para la realización de transacciones a la velocidad misma como se van llevando a cabo las interacciones entre diversos usuarios, sistemas y redes de comunicaciones. Durante muchas décadas los elementos por excelencia para el resguardo de información fueron los discos duros mecánicos, posteriormente han aparecido medios puramente electrónicos como los discos de estado sólido que no tienen partes móviles y ofrecen tiempos de respuesta en escritura y lectura de datos que exceden en varios órdenes al retardo que tienen los discos duros convencionales.
Acompañado esto de un menor consumo de energía y una disponibilidad casi instantánea, la tecnología electrónica se ha vuelto un elemento central para el almacenamiento de largo plazo, seguro y eficiente. Varios analistas predicen que dentro de tres años prácticamente no existirán los sistemas computacionales apoyados en discos mecánicos, a la vez que se tendrán disponibles capacidades de almacenamiento que excederán significativamente los límites actuales.
Para los usuarios individuales y para las organizaciones existe un amplio espectro de soluciones que atienden las especificaciones funcionales y arquitecturas de conservación de los datos.
Un primer nivel lo constituyen los sistemas de discos que se instalan dentro de un equipo o servidor empresarial. Estos se conectan habitualmente por medio de una interfaz de una tarjeta controladora que puede organizar el almacenamiento con diversos esquemas de redundancia y seguridad. En ocasiones los discos se 'arreglan' en cajas físicas externas al server y se vinculan con él a través de conexiones directas de alta velocidad.
El segundo esquema lo integran los sistemas NAS (por network attached storage, o almacenamiento conectado a la red). Dichos sistemas brindan soporte de grabación de archivos para diversos tipos de sistemas operativos y sus usuarios o procesos, todo comunicado a través de la misma red de datos de la organización. Los equipos NAS también contienen discos internos de diversa tecnología y se pueden configurar bajo diferentes alternativas de redundancia y tolerancia a fallas. Su ventaja principal es que los pueden utilizar tanto los sistemas operativos como sus aplicaciones y bases de datos como las personas que desean resguardar su información particular o departamental.
La tercera modalidad la constituyen las SAN o (storage area network, red de almacenamiento) que realmente son redes de comunicación en las cuales los nodos o elementos son discos y arreglos de discos, los cuales se conectan a los servidores virtuales o físicos a través de interfaces de alta velocidad como Fibre Channel, Infiniband o iSCSI. Las SAN realmente son redes paralelas que operan en conjunto con las redes de datos y cumplen con muchas de sus características de control de tráfico, seguridad y redundancia. Sólo que están enfocadas en el movimiento y resguardo de todo tipo de datos que se generan en los servidores de la red. Las SAN están constituidas por switches, enlaces de comunicación, repetidores, etc., de la misma forma como se integran las redes de datos. Estos sistemas representan el más alto nivel de seguridad, velocidad y control, pues liberan a los equipos servidores y de usuarios de la gestión del almacenamiento.
Dependiendo de factores como la confiabilidad, redundancia, tolerancia a fallas, compatibilidad con sistemas de virtualización, y características de tecnología, se puede configurar la arquitectura de almacenamiento que apoye una solución de datos específica.
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